¿SABÍAS QUE…entre personas moteras nos gusta a veces presumir de nuestra marca y alabar sus virtudes haciendo hincapié en sus orígenes?
 
Pues igual no es tan europea, japonesa o estadounidense como tu piensas. Lo más probable es que sea india, tailandesa, vietnamita o a saber…
 
Eso no desmerece la calidad (siempre que el control de calidad sea duro y riguroso) pero no deja de ser curioso que compremos una Kawasaki verde o una KTM naranja…y en realidad sea una Bajaj.
 
Triumph por ejemplo sólo fabrica ya en Gran Bretaña las Tiger, las Speed y las Daytona, el resto está externalizado. Suzuki la icónica Hayabusa (entre otros muchos modelos) la produce en Gurgaon, India. Precisamente esta fabrica alcanzó en 2017 los tres millones de unidades de motos producidas gracias a modelos como el Access. Por eso la marca de Hammamatsu está volcada en oriente, es un mercado que no para de crecer.
Podemos seguir con todas las marcas, desde Yamaha a KTM, de Honda a BMW, de Kawasaki a Triumph; la globalización y la búsqueda de mayores beneficios a un menor coste de adquisición ha hecho buscar mano de obra barata. Y en esto, India y China son potencias.
Hasta Harley Davidson ha caído rendida a la melodía de los «encantadores de serpientes» indues. «Make America great again» gritaba el facineroso de Trump en los EEUU. Pues a India se ha ido parte de la producción de Milwaukee.
Así que cuando defendamos nuestra marca no caigamos en el típico «Mi moto tiene tecnología alemana» o «100% Italia» porque igual salieron de la misma línea de producción a ritmo de canciones de Bollywood…

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