Nuestro horario en Motoadictos Taller es de lunes a viernes de 9:30 a 14 y de 16 a 20 pero casi todos los días yo me quedo dentro a la hora de comer para adelantar, entregaros presupuestos y cumplir con la agenda.
El miércoles 12 de mayo no fue distinto; estaba dándole a la tecla y de repente…un sidecar aparcó en la puerta. Era un Ural tirando humo blanco y haciendo un ruido tremendo como Angela Lansbury en la película “La bruja novata”
Del mismo, bajó una señora de avanzada edad, me miró tras el cristal del escaparate y me pidió que me acercara. Lo reconozco, con una agenda desbordada, motos por entregar y sin espacio para movernos dentro del taller me levanté pensando en voz alta: “NO tocamos Ural, NO cabe por la puerta, NO tenemos fecha en la agenda…espero que me pregunte una chuminada y le doy puerta”
– “Por favor, tenemos “problemo” con el “saidcar”. We came from América del sur y vamos to Portugal pero el motor doesn´t work. Venimos desde Castellón con motor roto” dijo Yvonne tratando de hablar español con una voz dulce y de forma muy educada.
El sidecar Ural usa la misma base y casi tecnología que sus abuelos que combatieron contra los nazis en Stalingrado. El vehículo estaba lleno de bártulos, pegatinas de medio mundo y aceite, chorreaba aceite. Fran, el piloto estaba de pie junto al Ural, quieto y espectante.
Mi cara era un poema. Sólo veía problemas a corto plazo así que fui directo y les dije con mi inglés de Extramurs:
– NO podemos reparar, NO tocamos Ural, NO tenemos sitio, NO agenda, NO tiempo.
Me sabía fatal pero no había posibilidad.
Yvonne, ante mi negativa me dijo que Ural España le había dicho que acudiera a nosotros. A mi eso me sonó a estratagema de haber pasado por varios talleres y que al igual que nosotros, ninguno quería atender un cacharro asi. Después, al hablar por teléfono con Ural nos confirmaron que ante la llamada de Yvonne/Fran buscaron por internet y pensaron que nosotros podríamos repararlo. Les agradecí la confianza pero les dije textualmente:
– «Menuda cabronada nos habéis hecho»
Recordatorio: Poner en nuestra web/Google/FB que no tocamos Ural
Fue entonces cuando habló Fran:
– “Sólo necesito saber qué falla y medir compresión para entender alcance de la rotura y saber si tenemos que dar por finalizado nuestro viaje”
La palabra viaje dicha por Fran (con pintas motero-aventureras de una persona entre los 60/70 años) retumbó en mi cabeza. Fue lo peor que hice, preguntar por el viaje:
Pareja irlandesa de entre 60/70 años, afincada en California que decide comprar una Ural y recorrer con el sidecar Centroamérica, Sudamérica, Europa y finalizar la aventura observando una puesta de sol en alguna costa lusa y quedarse allí a vivir el resto de sus días.
Justo en ese momento, además de solidaridad y empatía como persona, a poco que tengas gasolina en las venas, te engancha la aventura y pasas a formar parte de ese viaje que por lo que sea no has hecho aun (pero sueñas con hacer). Así que, maldita sea, que le den a la agenda, que le den al trabajo y le dices a Yvonne y a Fran que por supuesto; que vamos a ver qué le pasa a su Ural y que dejamos todo para darles servicio
No había terminado de decirles que íbamos a echarles un cable cuando aparece mi compañero Ángel y dice:
– “¡Ostras, que guapo, un side Ural! Estas castañas son muy malas pero son tan simples mecánicamente como una BMW. Esto está chupado, que guay”
Y enseguida se hizo amiguete de Fran y le estuvo explicando toda la técnica y por qué tenía la caja de aire chorreando aceite y el motor desintegrado.
Quedó demostrado enseguida quién ama la mecánica y quién se encarga del papeleo y cumplir plazos con clientes en Motoadictos Taller…
Siendo así, nos pusimos manos a la obra. Le explicamos la historia a nuestros amigos de “Citroen Gimenez Automoción” (ahí llevamos nosotros nuestros coches ya que aunque son oficiales Citroën también son multimarca) ya que al ser vecinos pared con pared y tener instalaciones tan grandes podríamos meter el sidecar que a nosotros no nos entraba por la puerta.
Metimos la cámara para ver el motor y se confirmaron las sospechas, pistón derecho desintegrado (el del lado del side). Les enseñamos la “destroza” y se pusieron manos a la obra a buscar un pistón por toda Europa. Nosotros acudimos a nuestros rectificadores habituales pero tampoco tenían en esas medidas. Mientras tanto, los envié a unos apartamentos para que su estancia en Valencia fuera lo más hogareña y cómoda posible.
Sin entrar muy a fondo en detalles técnicos, os diré que en cinco días (que fue lo que se tardó en encontrar el material, recibirlo, montarlo y probarlo) el motor de la Ural estaba vibrando de nuevo, sin tirar humo y recibiendo un “Approved” de satisfacción por parte de Fran/Yvonne. Tan corta ha sido su espera que dudo que en estos cinco días hayan probado el alli pebre, un arros de fesols i naps o una buena orxata…
Fotos de rigor, alegría, mucha alegría de ver que podían continuar su aventura, Fran contando batallitas de la conducción del sidecar mientras cargaban para continuar el viaje y lo que más me impactó: No pude evitar preguntarle a Yvonne si en algún momento del viaje habían pasado miedo. Y aquí, como explica Charly Sinewan en uno de sus vídeos, el único miedo que pueden haber tenido era a encontrarse sólos porque las personas humildes sólo piensan en ayudar y colaborar. Así lo dijo también Yvonne,; durante el viaje sólo habían recibido muestras de amor y ayuda desinteresada por parte de la gente.
Arrancaron, se despidieron camino de Portugal con la promesa de mantenernos al corriente del funcionamiento de la reparación e informarnos que llegaban bien.
Hoy, nos complace saber que el sidecar llegó (según sus propias palabras en buasap) y que ahora estarán disfrutando de alguna puesta de sol en Portugal con una cerveza a ritmo de fado…
– Hola! Todo es bueno. Aceite bueno, sin humo, sin fuego!!. Gracias por todos! Cuando regresemos a España, te visitaremos
MUCHAS GRACIAS A:
Citroën Gimenez Automoción por cedernos su espacio para reparar el sidecar.
Clientela Motoadictos: Porque cuando esa semana llamaron para ver cómo iban sus motos al oir la historia todas las respuestas fueron: “No toquéis la mia, reparad la del viaje, me espero sin problema” Muchas gracias por ser personas tan moteras.
A mis compis Ángel y Carlos: A Ángel por no tenerle miedo a nada y a meterme en todo tipo de “embolaos moteros” y a Carlos por cubrirnos las espaldas y adelantar todo el trabajo de taller mientras estábamos con la Ural.
Y por supuesto (aunque no queramos otro sidecar, jeje) a Yvonne y Fran que aun sin tener otra opción, fueron amables, confiados y pacientes en todo momento. Buena suerte pareja.
Finalmente os dejo su blog para que entendáis que bastante bien ha funcionado el Ural para la caña que le han pegado por el mundo…
https://fyoconnor.wixsite.com/nofixedabode