«La competición es el canal perfecto para el desarrollo de nuestra tecnología».
Es una frase que oimos/leemos habitualmente en el mundo de las carreras, pero que no percibimos al instante, debido a que la aplicación de la tecnología suele tardar unos años (los necesarios para comprobar funcionamiento y su fiabilidad, bajar costes y estandarizar el producto).
Así pasó con la inyección electrónica, el control de tracción, las horquillas invertidas, frenos de anclaje radial, suspensiones electrónicas, etc.
En el caso de Isidre Esteve, que debido a su lesión medular compite sobre cuatro ruedas, está desarrollando un cojín inteligente para que los afectados como él, puedan pasar largas horas sentados sin sufrir úlceras por presión como le tocó padecer a él en el Dakar.
Esto si que es tecnolgía aplicada para el beneficio de las personas.
Se trata de un cojín inteligente que mediante una bomba de aire, varía la presión en cada zona de modo que manteniendo la sujección, se mejore el riego sanguíneo.
Y quién mejor que el para probar el producto en las largas sesiones de rallyes de Bugys o en el Dakar.
Esperemos que sea de gran ayuda y accesible económicamente para todos los que lo necesiten hasta que gracias a organizaciones como Wings for life o Proyecto Lazarus se encuentre la solución a esta lesión.