Desde que me he puesto el «Rider scan», la gente no para de preguntarme para qué es ese espejo que llevo bajo la cúpula de la Tuono.
Las tres preguntas más oidas son:
– ¿Eso que es, para maquillarte?.
– ¿Eso es para controlar los helicópteros de la DGT?.
– ¿Eso es para controlar por donde te quiere pasar el que va detrás?.
Y la respuesta es bien sencilla. Es un elemento de GRAN AYUDA para la seguridad al evitar ángulos muertos de visión y no tener que girar la cabeza para mirar atrás.
Para que lo veais más claro. Con estos dibujos lo vais a entender. La parte verde es lo que vemos por nuestros espejos retrovores y lo que vemos hacia delante:
Ahora, en el mismo dibujo he marcado con dos líneas negras desde la cúpula/frontal de la moto, lo que alcanzamos a ver con la instalación de un RiderScan:
El mecanismo es bien sencillo. Te pones en contacto con RiderScan a través de correo electrónico (están en internet), pides un espejo que cuesta 39´99 «Pounds» y te lo envian a casa. El mismo espejo, vale para todas las motos del mercado, es estándar.
Te llega, lo abres y lo montas. Lo de montar es por decir, porque es bien sencillo; quitas el papel que cubre las pegatinas de los dos resortes preparados para aguantar el espejo a la cúpula y ya está. Pegado, ya no se mueve.
Te subes en la moto, lo regulas a tu altura y gusto y a rodar. Nunca más volverás a girar el cuello para mirar esas zonas muertas que no ves con los retrovisores: LO VES TODO.
Y de noche, es una auténtica pasada. Porque te permite ver el haz de luz del vehículo que va detrás de ti y da una seguridad total a la hora de cambiar de carril. Lo mismo que en ciudad, muy recomendable. No es bonito, ni mucho menos, es feo a rabiar. Pero la seguridad que proporciona, lo compensa. Y por supuesto, no dicen nada en la ITV, comprobado.
Bueno…recomendable porque también sirve para mirarte y retocarte en los semáforos, je.