«Ser repetidor de cursos Motoadictos/KSB dice ya algo bueno sobre ellos. Al haber realizado varios puedo comparar y lo primero que me viene a la mente es el acierto de reducir el grupo, estar un poco más o menos de tiempo dando gas es lo de menos, es más esa sensación de «clases particulares» que ofrece el ser un grupo reducido.
El avituallamiento para la ocasión como siempre muy completo, y te «salva la vida » cada vez que paras, quizás una garrafa o algún recipiente con agua para poder refrescarse un poco (del calor infernal que hizo ) sería ideal.
Por lo demás , las motos no dieron ni un problema mecánico, realizaron su cometido sin rechistar, y a la vez que el curso avanza notas la mejora en posicion y fluidez sobre la moto.
Toda una experiencia que repetiré seguro».