Por fin, tres meses después, la magenta está a punto. Una YZF 750 R del año 1993 puesta al día. Ha costado mucho. Ya lo creo. Mucho tiempo y dinero. Pero por fin, ya está en la calle.
Antes de empezar y sabiendo que Motoadictos.es nace con el espíritu de ayudaros, seré claro:
Si vuestra economía no es boyante o ni siquiera desahogada, NUNCA restaureis una moto con veinte años que ha estado parada un par de ellos. Sólo si te lo haces tu mismo en tus ratos libres en un sitio habilitado para ello o trabajas en un taller y te hacen buen precio, sale rentable. De la forma tradicional, es decir, comprar una ganga por cuatro euros y restaurar en taller convencional…¡es una ruina!.
Y no sólo por el taller (las horas de mano de obra se suman como si fuesen segundos) sino porque cada vez que se revisa algo en una moto con tantos años, seguro que está para cambiar. Y los recambios de motos tan viejas, valen dinero. Y al ser un modelo del que tampoco se vendieron muchas unidades, no hay nada por los desguaces. Y es cuando te das cuenta que estás en un bucle. Cada vez que abres, metes dinero. Si no abres, no va. Abres, metes dinero. Y asi tres meses largos y a ratos (entre que ha habido trabajo en el taller y que no aparecian piezas, pues han pasado noventa días).
Asi que mi mensaje es sincero, entre comprar una ganga por cuatro euros o una moto en marcha, más cara pero con menos años ¡ni lo penséis, que no os pueda el corazón y escuchad a la razón!
Pero bueno, a pesar de que conocidos me advirtieron desde el primer momento que no me la quedara y que me iba a equivocar, me la tuve que quedar en concepto de un favor que le debía a un amigo, de modo que el coste de la compra podemos decir que ha sido cero. Una cosa menos que imputar al total de la restauración.
El proyecto de la YZF nace de la idea de utilizar la moto como un scooter por Valencia y salidas moteras y guardar la Tuono para ocasiones especiales (quiero esa moto conmigo toda la vida). Por ese motivo quería tener la YZF a punto.
Si no leisteis el anterior artículo de la puesta al día, os diré que al final hubo que cambiar muchas cosas que eran duda. Lista de tareas que se realizaron:
– Bomba de gasolina (No funciona, rota). Como no se encuentra en ningún desguace, se intala bomba aérea.
– Carburadores rotos y pasados; se compra otra batería de carburadores de desguace pero aun así necesitan un kit de reparación de los mismos (lo que más guerra ha dado, carburación muy complicada ¡viva la inyección!)
– Ruedas nuevas (Maxxis M-6029, una delicia, muy redondas y NOBLES).
– Reglaje de válvulas (Otra historia más)
– Termocontacto (No funcionaba, se pone de desguace)
– Limpieza del sistema de refrigeración
– Piña de luces (Rotas por el paso de los años. No se encuentran originales, se pone de R6)
– Retrovisores (Se recurre por suerte a la industria auxiliar)
– Amortiguador reparado
– Cúpula (se compra nueva, no hay por ningún sitio, viene de Alemania)
– Manetas y estribera derecha (industria auxiliar)
– Reparar palanca selector cambio.
– Revisión completa (aceites, líquidos, filtros, etc)
– Cableado de luz falla (una empanada de cables del anterior dueño, se vuelve al origen)
– Junta tapa de balancines nueva.
– Bombillas fundidas
– Llevar subchasis al sitio (doblado por caída).
– Reparar bomba de freno
– Sangrado de frenos/embrague
Como podréis comprobar, ha sido mucho el trabajo y muchas las horas de pruebas, reparaciones de bajo coste (no me quería gastar dinero) para conseguir una moto decente para el día a día. Por eso insisto con el consejo. A mi por suerte, me ha salido más barato porque colaboro con talleres, pero restaurar o poner en marcha una reliquia de estas, cuesta horas y dinero, cuidado con lo que haceis con esos recuerdos de juventud que os pueden salir caros…
Dicho lo cual, quiero darle las gracias de corazón a Ángel (el mecánico que la salvó) por la currada que se ha pegado y por todos esos días que me ha aguantado dándole el tostón que si moto por aquí, que hazme esto por allá, que cuándo está mi moto, etc. Aunque reconozco que he llegado a tenerle miedo. Si, miedo porque cada vez que había un problema nuevo asomaba la cabeza desde el taller a la exposición y me decía: ¿Puedes pasar al taller?. Tengo que decirte una cosa de la moto…
Y siempre, esa frase ha ido acompañada de más dinero en piezas, brrrrr. Pero al final, has hecho un gran trabajo para el presupuesto que había ¡muchas gracias Humphrey!.
Ahora sólo queda probarla bien probada, que ganas de volver a los 90. ¿Serán tan atractivos los motores de carburadores como entonces?