La de hoy es una historia de paciencia, de mucha paciencia. Así que ya, sin preámbulos, dar las gracias y pedir disculpas desde Motoadictos Taller a Jose Ramón, dueño de la Vespa restaurada por haber sido tan, tan comprensivo y tener tanta paciencia. Decir en nuestra defensa que él sabía perfectamente que era un proceso muy largo y que las decisiones se han tomado siempre buscando lo mejor para la restauración de su Vespa.
Os contamos la historia de esa pequeña joya azul del año 1961:
Jose Ramón es buen cliente de Motoadictos y orgulloso usuario de una Honda Varadero. Un día al recoger su moto en el taller y hablando con mis compañeros Ángel y Carlos descubrió que son muy fans de la marca de Pontedera. Y comentó la posibilidad de restaurar una Vespa del año 1961 que había sido de su padre y que estaba en un estado lamentable.
Lo primero que se le dijo es: SIN PLAZO NI FECHA DE ENTREGA. Y presupuesto abierto (dentro de un límite, claro está). Y en ese justo momento comenzó un proceso que perfectamente podría haber durado un año menos si no hubieran habido tantos imprevistos.
No voy a hacerlo extenso porque ocuparía hojas y hojas. Pero hubo que desmontar toda la Vespa, enderezar chasis, restaurar todo el motor, limpiar todo el ciclo, buscar piezas, reparar/restaurar las originales, engrasar todo, devolverlo a la vida…
Una de las partes que nos retrasó ¡seis largos meses! fue la pintura. El primero al que se recurrió es un pintor de “renombre” en Valencia al que ya le hemos hecho la cruz por MENTIROSO. Nos dijo que estaba pintada en tres semanas; estuvo diciendo durante tres meses cada vez que le preguntábamos que estaba casi…hasta que después de ese tiempo sin coger una sola llamada le dije que la quería al día siguiente en el taller o iba yo a por ella a su taller de pintura en Benaguasil.
Apareció al día siguiente y la trajo tal y como se la llevó el primer día…
Imaginad con qué cara le comentaba a Jose Ramón que tras tres meses de espera estábamos otra vez al inicio. Se contactó con ARG Restauración, donde Sergio y Jose, a pesar de los errores y el tiempo, han cumplido de sobra con la calidad del trabajo. En errores porque se taparon agujeros que no se debían (se borraron en el chorreado de arena) y porque hubo un problema de brillos en el depósito (que ha sido solucionado a la perfección). No han estado rápidos, cierto. Han tardado más de lo establecido, pero por lo menos ha habido comunicación y fotos del proceso en los que todo momento Jose Ramón ha estado al tanto de cómo iba su moto.
Respecto a la calidad de la pintura y la restauración sólo podemos darles la enhorabuena, está como el primer día, como salida de fábrica.
Por nuestra parte de taller, gracias a Ángel que le ha dado todo el cariño y saber hacer (es muy fan de estos cacharros), de Carlos que ha estado echando una mano en lo que ha hecho falta (otro enamorado de las Vespas) y un amigo de Jose Ramón que nos ha fabricado las piezas que han faltado ad-hoc, se puede decir que todo fue sobre ruedas hasta que un enganchón en pistón (debido a sobremedida y a prisas por entregar la moto) nos hiciera volver a abrir.
Nada que un pistón correcto, un rodaje hecho con cariño y muchas pruebas en taller no puedan solucionar.
Pasado este tiempo Ángel y Carlos dedican sus horas a las “joyas” de otros clientes de Motoadictos Taller. Yo sigo alucinando (como anti-Vespero que soy) que las veces que he ido a probarla la gente se quedara mirando más la moto que cuando voy con R1, CBR, RSV, GS, Multis de clientes…El encanto de las Vespas, esos engendros les enamoran a la gente.
Y lo más importante de esta historia, Jose Ramón es el feliz propietario con ITV en regla de la moto que llevó su padre y la luce con orgullo; hasta la arranca en frío sin muchas patadas, jeje.
Gracias por confiar en nosotros.